22 de Diciembre del 2011
UN AÑO DE SENSACIONES
El próximo 1 de Enero, día de Año Nuevo, María cumplirá 1 año. Como pasa el tiempo!!!!. Parece que era ayer, ese día lo tengo gravado en mi memoria, fueron un cúmulo de sensaciones nuevas e imposibles de describir con palabras.
Recuerdo la noche anterior, Noche Vieja, nuestros amigos, Kote y Sonia, nos habían invitado a cenar junto a su familia, pasaban ya 4 días de la fecha prevista, las bromas eran durante la cena eran inevitables, pero la cena transcurrió con normalidad, nos tomamos las uvas, fuimos incluso a la Carpa a tomarnos una copa de cava, y a eso de las dos nos íbamos para casa con total normalidad. Nos fuimos a dormir, pero al cabo de poco rato, aproximadamente a las 3:30 de la madrugada, todo empezaba, Cati rompía aguas, y tras una ducha nos íbamos para el hospital.
Tras pasar por urgencias, subimos a planta, sin contracciones aún, y la cosa podía ir para largo. Amaneció el día de Año Nuevo y debíamos avisar a nuestra familia. Ese día tocaba comida familiar como cada año, pero nosotros no podríamos asistir, llamamos a mis padres, a mis suegros, mandamos mensajes a nuestros amigos...no podía aguantar las ganas de decirlo.
A medida que pasaba el tiempo iban apareciendo las contracciones, a eso de las 12 más o menos tenía que pasar el médico y yo abandonar la habitación, sin poder volver en una hora más o menos. Me dijeron vete tranquilo y tómate un café que aun le queda un buen rato para bajar al paritorio.
Me tomé un café y un bocadillo y cuando fue la hora de poder entrar en la habitación mi sorpresa fue mayúscula, Cati ya no estaba, la habían bajado al paritorio. Nos reunimos allí, en una habitación con una cama en la que ella ya estaba tumbada, un monitor que iba marcando las contracciones, éstas se hacían de cada vez mas fuertes, cada media hora me tocaba salir para que la comadrona la explorara. En la última exploración me quedé junto a la puerta, cuando de repente escucho a la comadrona decirle a mi mujer que empujara, que empezaba el parto. Yo había estado dudando de si entraría o no al parto, si podría resistirlo, pero en ese momento tenía claro que si, pero sentía impotencia porque no podía entrar, por un mal entendido la comadrona y su ayudante creían que yo no quería asistir al parto, y en una de sus salidas les dije que quería entrar.
Cuando estuve dentro junto a mi mujer, viéndola sufrir, mis sensaciones eran...no sabría explicar como eran, solo se que el asistir al parto fue la mejor experiencia de mi vida, no negaré que es una experiencia dura, pero gratificante, en el momento de nacer María, a las 15:40h, todo lo pasado se olvida, verle la cara por primera vez, su primer llanto....buuuaaaaaa!!! increíble, y ya cuando la pusieron en brazos de Cati....ahi repente, la alegría se desbordaba en forma de llanto, recuerdo unas palabras de Cati...."Mira!!! Na María!!!!, ja es aquí!!!" entre el llanto de los dos, solo de recordarlo se me pone la piel de gallina, se me saltan las lágrimas, estas palabras las recordaré siempre de una forma muy especial. En ese momento tenía presente a una persona muy especial para mi, mi abuela, por ella le pusimos María, era un ángel que nos había enviado desde el cielo, desde ese día cada vez que miro a María veo en ella un trocito de mi querida abuela, y seguro que desde allí arriba ella está orgullosa.
A eso de las 16:15 salí del paritorio para comunicar la noticia a los nuestros, recuerdo perfectamente los primeros mensajes y las primeras llamadas, a penas podía hablar porque la emoción me embargaba, no podía contener el llanto, soy de lágrima fácil. Necesitaba liberarme, necesitaba tomar el aire mientras preparaban a Cati y a María para subirla a planta, salí al exterior del hospital, recuerdo que me senté en un banco, algo apartado de la puerta de entrada, me encendí un cigarro y allí exploté, allí me liberé, toda la tensión vivida durante esas horas y toda la alegría salía en forma de llantos.
Tras unos minutos subí hacia la habitación, y en el pasillo recibía la primera visita, la de mis padres, buaaaa!!! tampoco puedo explicar lo que sentí, que tonto soy, estoy llorando de emoción recordándolo.
Ha pasado ya un año, con multitud de sensaciones, con multitud de recuerdos, hoy hecho la vista a tras, y repaso todo este año y uno se da cuenta que cada uno de los momentos es especial, cada "primera vez" de María es única, sus primeras sonrisas, sus primeras miradas, sus primeros gateos...y tantas y tantas cosas que son especiales y únicas. Es algo que hay que vivirlo y sentirlo.
Este año María nos ha llenado de vida, ha hecho mas fácil de llevar los malos momentos, y por eso desde aquí te quiero dar las gracias. Algún día leerás este diario y necesito que sepas que eres lo mejor que nos ha pasado en nuestras vidas, gracias por alegrarnos cada uno de los días desde que naciste María.
Éste podría ser el último capitulo del Diario de un nuevo padre. Este diario nació como necesidad para liberarme y expresar mis sentimientos, por suerte o por desgracia me expreso mejor leyendo y era una forma de no guardarme dentro todo lo que sentía. Llegará un día en el que tú, María, leerás este diario y sabrás todo lo que sentí desde ese primer día en el que supimos que seríamos padres hasta que cumpliste un año.
Te quiero María, con locura.
Y para acabar, mil millones de gracias a ti, Cati, por darme a mi hija, a nuestra hija, por poder vivir esa experiencia de ser padre. Gracias a ti y solo a ti ha sido posible este diario, han sido 20 capítulos llenos de sensaciones, de emociones y de sentimientos que sin ti a mi lado no habrían sido posibles. T'ESTIM MAMI, I SEMPRE T'ESTIMARÉ.
Recuerdo la noche anterior, Noche Vieja, nuestros amigos, Kote y Sonia, nos habían invitado a cenar junto a su familia, pasaban ya 4 días de la fecha prevista, las bromas eran durante la cena eran inevitables, pero la cena transcurrió con normalidad, nos tomamos las uvas, fuimos incluso a la Carpa a tomarnos una copa de cava, y a eso de las dos nos íbamos para casa con total normalidad. Nos fuimos a dormir, pero al cabo de poco rato, aproximadamente a las 3:30 de la madrugada, todo empezaba, Cati rompía aguas, y tras una ducha nos íbamos para el hospital.
Tras pasar por urgencias, subimos a planta, sin contracciones aún, y la cosa podía ir para largo. Amaneció el día de Año Nuevo y debíamos avisar a nuestra familia. Ese día tocaba comida familiar como cada año, pero nosotros no podríamos asistir, llamamos a mis padres, a mis suegros, mandamos mensajes a nuestros amigos...no podía aguantar las ganas de decirlo.
A medida que pasaba el tiempo iban apareciendo las contracciones, a eso de las 12 más o menos tenía que pasar el médico y yo abandonar la habitación, sin poder volver en una hora más o menos. Me dijeron vete tranquilo y tómate un café que aun le queda un buen rato para bajar al paritorio.
Me tomé un café y un bocadillo y cuando fue la hora de poder entrar en la habitación mi sorpresa fue mayúscula, Cati ya no estaba, la habían bajado al paritorio. Nos reunimos allí, en una habitación con una cama en la que ella ya estaba tumbada, un monitor que iba marcando las contracciones, éstas se hacían de cada vez mas fuertes, cada media hora me tocaba salir para que la comadrona la explorara. En la última exploración me quedé junto a la puerta, cuando de repente escucho a la comadrona decirle a mi mujer que empujara, que empezaba el parto. Yo había estado dudando de si entraría o no al parto, si podría resistirlo, pero en ese momento tenía claro que si, pero sentía impotencia porque no podía entrar, por un mal entendido la comadrona y su ayudante creían que yo no quería asistir al parto, y en una de sus salidas les dije que quería entrar.
Cuando estuve dentro junto a mi mujer, viéndola sufrir, mis sensaciones eran...no sabría explicar como eran, solo se que el asistir al parto fue la mejor experiencia de mi vida, no negaré que es una experiencia dura, pero gratificante, en el momento de nacer María, a las 15:40h, todo lo pasado se olvida, verle la cara por primera vez, su primer llanto....buuuaaaaaa!!! increíble, y ya cuando la pusieron en brazos de Cati....ahi repente, la alegría se desbordaba en forma de llanto, recuerdo unas palabras de Cati...."Mira!!! Na María!!!!, ja es aquí!!!" entre el llanto de los dos, solo de recordarlo se me pone la piel de gallina, se me saltan las lágrimas, estas palabras las recordaré siempre de una forma muy especial. En ese momento tenía presente a una persona muy especial para mi, mi abuela, por ella le pusimos María, era un ángel que nos había enviado desde el cielo, desde ese día cada vez que miro a María veo en ella un trocito de mi querida abuela, y seguro que desde allí arriba ella está orgullosa.
A eso de las 16:15 salí del paritorio para comunicar la noticia a los nuestros, recuerdo perfectamente los primeros mensajes y las primeras llamadas, a penas podía hablar porque la emoción me embargaba, no podía contener el llanto, soy de lágrima fácil. Necesitaba liberarme, necesitaba tomar el aire mientras preparaban a Cati y a María para subirla a planta, salí al exterior del hospital, recuerdo que me senté en un banco, algo apartado de la puerta de entrada, me encendí un cigarro y allí exploté, allí me liberé, toda la tensión vivida durante esas horas y toda la alegría salía en forma de llantos.
Tras unos minutos subí hacia la habitación, y en el pasillo recibía la primera visita, la de mis padres, buaaaa!!! tampoco puedo explicar lo que sentí, que tonto soy, estoy llorando de emoción recordándolo.
Ha pasado ya un año, con multitud de sensaciones, con multitud de recuerdos, hoy hecho la vista a tras, y repaso todo este año y uno se da cuenta que cada uno de los momentos es especial, cada "primera vez" de María es única, sus primeras sonrisas, sus primeras miradas, sus primeros gateos...y tantas y tantas cosas que son especiales y únicas. Es algo que hay que vivirlo y sentirlo.
Este año María nos ha llenado de vida, ha hecho mas fácil de llevar los malos momentos, y por eso desde aquí te quiero dar las gracias. Algún día leerás este diario y necesito que sepas que eres lo mejor que nos ha pasado en nuestras vidas, gracias por alegrarnos cada uno de los días desde que naciste María.
Éste podría ser el último capitulo del Diario de un nuevo padre. Este diario nació como necesidad para liberarme y expresar mis sentimientos, por suerte o por desgracia me expreso mejor leyendo y era una forma de no guardarme dentro todo lo que sentía. Llegará un día en el que tú, María, leerás este diario y sabrás todo lo que sentí desde ese primer día en el que supimos que seríamos padres hasta que cumpliste un año.
Te quiero María, con locura.
Y para acabar, mil millones de gracias a ti, Cati, por darme a mi hija, a nuestra hija, por poder vivir esa experiencia de ser padre. Gracias a ti y solo a ti ha sido posible este diario, han sido 20 capítulos llenos de sensaciones, de emociones y de sentimientos que sin ti a mi lado no habrían sido posibles. T'ESTIM MAMI, I SEMPRE T'ESTIMARÉ.
FIN
SALUT I AGUR
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